"Porque si ahora mismo me decidiera a asegurarme, en una especie de tardío juramento: "Voy a ser exactamente lo que quise ser", resultaría que todo sería inútil. Primero, porque me siento con escasas fuerzas como para jugarlas a un cambio de vida, y luego, porque que validez tiene ahora para mi aquello que quise ser? Seria algo así como arrojarme conscientemente a una prematura senilidad. Lo que deseo ahora es mucho mas modesto que lo que deseaba hace treinta años y, sobre todo, me importa mucho menos obtenerlo. Jubilarme, por ejemplo. Es una aspiración, naturalmente, pero es una aspiración en cuesta abajo. Se que va a llegar, se que vendrá sola, se que no sera preciso que yo proponga nada. Así es fácil, así vale la pena entregarse y tomar decisiones."
"...en realidad la coima siempre existió, el acomodo también, los negociados, ídem. Qué está peor, entonces? Después de mucho exprimirme el cerebro llegué al convencimiento de que lo que está peor es la resignación. Los rebeldes han pasado a ser semi-rebeldes, los semi-rebeldes a resignados."