Estos son tiempos extraños. Todos tenemos creencias políticas arraigadas, por lo que las apuestas parecen terriblemente altas. Hay trolls por todas partes. Hay gente estúpida en todas partes. Tanto los trolls como los ignorantes parecen deleitarse en decir cosas diseñadas para enojarnos. Y si eso no fuera suficiente, la mayoría de nosotros estamos gastando cantidades de tiempo extendidas y sin precedentes atrapados dentro con personas a quienes podemos amar pero que aún tienen la capacidad de hacernos enojar.
O en realidad, ¿es eso cierto? ¿Pueden hacernos enojar? No según los estoicos.
"Si alguien logra provocarte", dijo Epicteto, "date cuenta de que tu mente es cómplice de la provocación".
Él quiso decir que lo que sea que la otra persona hizo depende de ellos. Cualquiera sea tu reacción a su comentario o acción, eso depende de usted. Nadie puede enojarte, solo tú tienes ese poder. Ciertamente, alguien puede decir algo ofensivo, estúpido o malvado, pero nadie puede hacerte enojar o desatar tu ira, eso es una elección.
No debes renunciar a tu poder sobre ti mismo. No deberías dejar que otros te molesten. No debes permitirte ser provocado. Pero, sobre todo, no puedes culparlos si eso sucede.
Porque tú te controlas, nadie más.
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