Freud
"Es decir, que el hombre no es un ser tan racional como se lo habían imaginado los racionalistas del siglo XVIII. Son a menudo impulsos irracionales los que deciden lo que pensamos, soñamos y hacemos. Esos impulsos irracionales pueden ser la expresión de instintos o necesidades profundas.
–Este mecanismo funciona en todas las personas sanas. Pero a algunos les puede costar tanto esfuerzo mantener alejados de la consciencia los pensamientos desagradables o prohibidos que les causa enfermedades nerviosas. Porque lo que se procura
reprimir de esta forma, intenta volver a emerger a la consciencia
por propia iniciativa. Algunas personas necesitan por tanto
emplear cada vez más energía para mantener esos impulsos
alejados de la crítica de la consciencia.
Cuando Freud estuvo en América en 1909, dando conferencias sobre psicoanálisis, puso un ejemplo de cómo funciona este mecanismo de represión:
«Supongamos que en esta sala... se encontrara un individuo que se comportara de modo que estorbara y desviara mi atención en esta conferencia, riéndose groseramente, hablando y haciendo ruido con los pies. Digo que no puedo seguir en tales condiciones, y unos hombres fuertes se levantan y echan al intruso tras un breve forcejeo. Él ha sido “reprimido” y yo puedo seguir mi conferencia. Para que esta interrupción no se repita, en caso de que el hombre vuelva a entrar en la sala, los señores que ejecutaron mi voluntad llevan sus sillas hasta la puerta y se colocan allí como “resistencia” después de la represión cumplida. Si han captado ustedes el interior y el exterior de la sala como lo “consciente” y lo “subconsciente”, tendrán un buen ejemplo del proceso de la represión”.
–Pero ese «intruso» quiere volver a entrar, Sofía. Y ése es el caso de los pensamientos e impulsos reprimidos. Vivimos con una constante «presión» de pensamientos reprimidos que luchan por emerger del subconsciente. A me-nudo decimos o hacemos cosas sin que haya sido ésa «nuestra intención». De ese modo, las reacciones subconscientes pueden dirigir nuestros sentimientos y actos.
...
–Pero de todos modos no lograrías escapar de tus impulsos subconscientes. El arte es precisamente no emplear demasiados esfuerzos en empujar las cosas desagradables hacia el subconsciente. Es como cuando se intenta tapar el agujero que hace una rata de agua. Puedes estar segura de que la rata vuelve a emerger por otro sitio del jardín. Lo sano es tener una puerta a medio abrir entre la consciencia y el subconsciente.
–¿Y si uno cierra la puerta, se puede contraer alguna enfermedad psíquica?
Sí. Un neurótico es justamente una persona que emplea demasiada energía en mantener «lo desagradable» alejado de la consciencia. Se trata a menudo de experiencias o vivencias especiales que esta persona a toda costa necesita reprimir. A esas experiencias o vivencias especia-les Freud las llamó traumas. La palabra «trauma» es griega y significa «herida».
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